18 de marzo de 1938; el presidente Lázaro Cárdenas del Río emanado del Partido Nacional Revolucionario, hoy PRI, impulsado por ideas progresistas y su visión de estadista decretó la Expropiación Petrolera.
Para México, las condiciones económicas internacionales así como las exigencias sociales y la estabilidad política del país presentaron el momento histórico propicio para el nacimiento de PEMEX.
Hoy México es un país distinto, con crecimiento y estabilidad pero también con muchas oportunidades de mejorar en varios rubros, entre ellos el sector energético.
No es novedad la impostergable necesidad de convertir a PEMEX en una paraestatal eficiente, que cuente no solo con la tecnología que la lleve a la modernidad en la explotación de los hidrocarburos, sino también con un equipo humano mejor preparado, nuevos procesos de explotación de yacimientos y producción de productos derivados.
México es un país con recursos energéticos abundantes, sin embargo no ha logrado consolidarse como un país productor de combustibles y ello debido que no se ha hecho la inversión necesaria para la renovación de la empresa, principalmente tecnología para explotación de yacimientos marinos.
Es bien sabido que los centroamericanos, comenzando por Guatemala no compran gasolina proveniente de México, la cual califican como de mala calidad, prefiriendo consumir el combustible de empresas como Esso y siendo gasolina principalmente importada de Venezuela y Brasil.
No es de extrañarse, pues considerando la gran gallina de los huevos de oro en que se ha convertido para empleados, ladrones y muchos miembros del sindicato, quienes por generaciones han saqueado e impedido el adecuado crecimiento de PEMEX, que esta no pueda alcanzar la productividad y calidad esperadas que favorezcan a la económica y los usuarios mexicanos.
Sumado a esto la terrible carga fiscal impuesta a la empresa, ha impedido la reinversión de las utilidades en infraestructura y equipamiento que permita enfrentar los retos energéticos que hoy enfrentan México y el mundo.
Las ideologías conformaron el nacimiento de partidos políticos y esencialmente de la historia de México, la cual no puede concebirse sin la institucionalización de las causas revolucionarias gracias al partido revolucionario. Hoy en un mundo moderno, plural y más competitivo no podemos aferrarnos a la idea de que el petróleo es de todos los mexicanos y cegar nuestra visión hacia un mejor país, PEMEX requiere modernizarse y si el estado no cuenta con la capacidad entonces habrá que buscar nuevas vías de colaboración que impidan el estancamiento y desplome de la paraestatal.
Roberto Pereda 